8 sueños geniales (que cambiaron el mundo de la ciencia)☁
¿Se pueden tener ideas dormido? 8 sueños científicos que cambiaron el mundo.
La mente humana no siempre opera de forma racional y consciente. Algunas grandes ideas las tuvieron inventores y científicos ¡mientras estaban dormidos!
1. Elías Howe y la máquina de coser
El inventor Elías Howe quería construir una máquina de coser. Sabía hacer que la aguja subiera y bajara pero ¿cómo lograr que metiera el hilo en la tela? Una noche soñó que un grupo de caníbales se lo querían almorzar. Antes de que lo mataran, se dio cuenta de que las lanzas tenían un agujero en la punta. ¡Esa era la solución! Por eso las máquinas de coser usan agujas con el agujero en la punta.
2. Friedrich August Kekulé von Stradonitz y el benceno
El químico Friedrich August Kekulé von Stradonitz, a pesar de su magnífico nombre, no podía dilucidar la estructura molecular del benceno. ¿Cómo podía ser que cada átomo de carbono sólo tuviera un átomo de hidrógeno? Se dice que un día soñó con una serpiente que se mordía la cola. ¡Eso le dio la clave! El benceno tenía una estructura hexagonal. Su descubrimiento supuso un gran avance en la historia de la química orgánica.
3. René Descartes y la razón
El filósofo René Descartes tuvo tres sueños rarísimos: en uno caminaba para refugiarse de de un fuerte viento cuando un hombre le ofreció un melón. En otro lo despertó un fuerte ruido para verse rodeado de chispas. Y en el tercero abre un libro donde aparece la pregunta “¿Qué camino debo tomar?” y luego lee la respuesta: “Sí y no”. Descartes interpretó estos sueños como revelaciones sobre cómo se debe usar la razón, y no sólo los sentidos, para llegar a la verdad. Se le considera una figura clave en la revolución científica.
4. Srinivasa Ramanujan y las matemáticas
El matemático indio Srinivasa Ramanujan casi no tenía formación académica. Es reconocido en todo el mundo por lograr más de 3,900 resultados que contribuyeron al análisis matemático, teoría de números y fracciones continuas. Decía que la diosa Namagiri se le aparecía en sueños y, mediante gráficas, le mostraba sus teoremas y ecuaciones. Afirmaba que las matemáticas sólo le interesaban por expresar “pensamientos de Dios”. Su historia se retrata en la película “El hombre que conocía el infinito”.
5. Otto Loewi y las neuronas
En 1921 no se sabía si la comunicación entre las neuronas era eléctrica o química. Otto Loewi estaba trabajando en eso cuando, una noche, soñó con el experimento que lo solucionaría de una vez por todas. Se despertó a media noche, escribió el experimento y se volvió a dormir. A la mañana siguiente notó que había escrito puros garabatos y en todo el día no pudo recordar el sueño. Pero esa noche ¡el sueño volvió! Descubrir que las neuronas se comunican químicamente, le valió el premio Nobel.
6. Dimitri Mendeleev y la tabla periódica
En 1863 se conocían 56 elementos y cada año se descubría uno nuevo, pero no se sabía qué patrón seguían y, si se había nuevos, qué propiedades tendrían. El químico ruso Dimitri Mendeleev soñó que en su mesa caían todos los elementos conocidos, ya muy ordenaditos. Cuando despertó, esbozó la tabla periódica de los elementos que los clasificaba de acuerdo con su peso atómico y sus propiedades, y además predecía cómo serían y dónde quedarían los elementos que faltaba por descubrir. No ganó el premio Nobel, pero el elemento número 101, se nombró en su honor “mendelevium”.
7. Frederick Banting y la insulina
Los bioquímicos ya sabían que una sustancia producida en el páncreas por ciertos “islotes”, llamada “insulina”, jugaba un importante papel en evitar la diabetes, pero no habían podido aislar la sustancia. El cirujano canadiense Frederick Banting soñó una operación con la que podría cortar el flujo de sangre al páncreas de un perro pero dejar vivos los islotes. Así, pudo aislar la insulina, lo que ha salvado la vida de millones de diabéticos en todo el mundo. ¡Ah! Y también ganó el Nobel…
8. Albert Einstein y la teoría de la relatividad
Cuenta Albert Einstein que un día soñó que iba por el campo cuando vio que una manada de vacas saltaba una cerca, todas al mismo tiempo. Del otro lado había un granjero que afirmaba que las vacas habían saltado de una por una. Este sueño le hizo pensar que el tiempo puede transcurrir diferente dependiendo de la posición del observador. La idea dio origen ¡a la teoría de la relatividad!
Estas ideas surgieron en mentes curiosas y preparadas que sabían lo que estaban buscando y le dieron importancia a lo que habían intuido… ¡no esperes que sólo con dormir vas a lograr un descubrimiento fabuloso! Pero si te preparas y estás atento, quizá un día tengas un sueño genial
¡CuriosaMente!