¡Otras 12 preguntas curiosas! ?

¿Cuál es el insecto más fuerte del mundo?

1. ¿Cuál es el insecto más fuerte del mundo?

En proporción a su peso, es el Onthophagus taurus, o escarabajo tauro, que mide menos de 1 centímetro y puede jalar más de ¡mil veces su propio peso! Es como si una persona pudiera levantar seis autobuses ¡de dos pisos! Claro que, en un escarabajo que pesa 35 miligramos, esto significa unos 35 gramos. En términos absolutos, es más fuerte el escarabajo Hércules, que puede levantar hasta 300 gramos… aunque eso sólo sea 100 veces su propio peso.

2. Si un bebé naciera en el espacio ¿de qué nacionalidad sería?

Se aplicarían las mismas leyes que cuando nace un bebé en aguas internacionales:  seguramente tendría la nacionalidad de los papás, como lo dictamina la legislación de la mayoría de los países. Si el país de los padres no aplica esa ley, tendría la nacionalidad correspondiente a la nave que lo transporta.

3. ¿Cuál es el sinónimo de “sinónimo”?

No todos los sinónimos son exactos. El diccionario nos dice que el equivalente de sinónimo es “equivalente”, “igual” u “homólogo”. Por cierto, el antónimo de sinónimo es “antónimo” pero el sinónimo de antónimo no es “sinónimo”, sino todo lo contrario, o sea “contrario” ¿entendiste?

4. ¿Por qué veo manchas de colores después de ver una luz brillante?

Esas manchas se llaman “fosfenos” y pueden ser causados también por estimulación mecánica de la retina (restregarte muy fuerte los ojos, por ejemplo). Ocurren porque las células ganglionares de la retina, que son las neuronas que conectan el ojo con el cerebro, quedan excitadas después de recibir presión, una estimulación eléctrica, magnética o lumínica. Los fosfenos también pueden ocurrir al recibir un golpe, lo que explica que “veas estrellas”.

5. Si cuando pido un deseo dejo ir un globo ¿a dónde se va?

Desgraciadamente no llega ni al cielo, ni al espacio, ni al Polo Norte.  Mientras va subiendo, la presión atmosférica va bajando, lo que hace que el globo se hinche más, hasta que al llegar a unos 10 kilómetros de altura, revienta. Aún si no reventara, llegaría a un máximo de 60 kilómetros.  Lo peor es que, en su recorrido, llega muy lejos, y puede caer al mar y causar la muerte de animales. Es como arrojar basura, pero muy lejos. ¡Mejor no los dejes ir!

6. ¿Sólo las mariposas pueden hacer metamorfosis?

Las mariposas tienen la metamorfosis más espectacular, pero muchos otros insectos también se transforman. Los escarabajos, por ejemplo, primero son larvas que viven la mayor parte de su vida bajo tierra. Las moscas y las hormigas son otro ejemplo. Otros insectos tienen metamorfosis llamadas “incompletas”, como los saltamontes, que se transforman muy poco. También algunos animales vertebrados pueden hacer metamorfosis, como los renacuajos que se convierten en ranas, o el pez lenguado, que nace similar a otros peces, pero conforme crece un ojo migra hasta que los dos le quedan del mismo lado de la cabeza.

7. ¿Por qué una hormiga no quiso el pedazo de hoja que le di?

Las hormigas no comen plantas, sino que usan las hojas que cortan para fertilizar los hongos que cultivan dentro de sus túneles. Y son muy cuidadosas cuando eligen que introducir en sus plantíos: usan su finísimo sentido del olfato (situado en sus antenas y con 400 distintos detectores de olor) para elegir qué se llevan y qué no. Cualquier microbio, toxina u hongo extraño, es rechazado porque podría arruinar su cosecha y poner en peligro toda la colonia. Quizá esa hormiga detectó en tu hoja trazas de algo nocivo que tú habías tocado...

8. Si un insecto cayera desde una gran altura ¿moriría?

Cuando cualquier cosa cae dentro de un fluido, como el aire, va acelerando hasta alcanzar una “velocidad terminal”, en la que ya no es posible acelerar más porque el roce lo impide. Un ser humano, cayendo de panza y con los brazos abiertos, alcanzaría una velocidad terminal de 198 kilómetros por hora, suficientes para hacerse pedazos. Una gota de agua llegaría sólo a 32 kilómetros por hora. Una hormiga con las patas y antenas extendidas para oponer más resistencia al aire, llega sólo a 6 kilómetros por hora. No importa de qué tan alto caiga, la hormiga puede irse de ahí caminando.

9. Si voy parado en un objeto que cae, y al final salto ¿me salvaré de hacerme daño?

¿Otra pregunta sobre caídas, eh? La respuesta es no. En primer lugar, si el objeto no es mucho más masivo que tú, sólo lo empujarías hacia abajo, y no te moverías hacia arriba.  ¿Ah, ya tienes el objeto? Ahora, tendrías que saltar con una fuerza tal que alcanzaras la misma velocidad con que vas cayendo. O sea, sólo te salvarías si fueras capaz de saltar desde el suelo a casi la misma altura de la que caíste. El récord de salto humano es de 2.45 metros. Conclusión: no lo intentes, la física está en tu contra.

10. Si cavara un túnel que atravesara el mundo y saltara en él ¿qué pasaría?

En primer lugar, el interior de la Tierra es líquido y el centro es tan caliente como la superficie del sol, por lo que hacer ese túnel sería terriblemente difícil. Pero supongamos que el planeta es sólido y de una temperatura agradable. También ignoremos la rotación de la Tierra que te haría darte de golpes contra las paredes. Si el túnel no tuviera aire, acelerarías hasta unos 29 mil kilómetros por hora y harías el recorrido de 12700 kilómetros en unos 42 minutos. Si nadie te atrapa del otro lado, caerás una y otra vez en un movimiento armónico. Con aire, harías el primer recorrido en más tiempo, y la fricción te haría bajar la velocidad hasta quedar flotando en el centro de la Tierra.

11. ¿De dónde surge el agua?

Los descubrimientos más recientes indican que el agua ha estado en la Tierra desde su origen. Su fuente parece ser un tipo de roca llamada condrita carbonosa, meteoritos que han caído en nuestro planeta desde su formación hace 4500 millones de años. Si la pregunta es cómo se genera el agua que consumimos, esta forma parte de un ciclo que tiene su origen en los bosques, esenciales para la acumulación de agua y formación de ríos y acuíferos.  

12. ¿Se puede usar el 100 por ciento de nuestro cerebro?

Los neurólogos están de acuerdo: a menos que tengas una lesión cerebral, todos usamos todas las partes de nuestro cerebro y están activas la mayor parte del tiempo. Cada que platicas con alguien, practicas un deporte, te imaginas algo y hasta cuando duermes, tu cerebro está funcionando. Nadie sabe de dónde surgió el mito de que sólo usamos el 10%. Lo interesante es que las funciones mentales sí pueden ser muy diferentes. Con un cerebro prácticamente igual, un niño actual puede hacer, por ejemplo, operaciones matemáticas más complicadas que las que Aristóteles podría imaginar. Según el neurocientífico Marc Ettlinger, no hay un límite para lo que la inteligencia humana puede alcanzar.

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