¿Podría existir Tarzán? Los niños ferales
Se cuentan historias de niños criados por animales pero ¿son verdaderas? Los increíbles casos de los niños ferales.
En la épica de Gilgamesh, Enkidu es criado por animales salvajes y después es educado y civilizado por Shamat. Según la leyenda, Rómulo y Remo fueron dos niños criados por una loba que después fundarían la poderosa Roma, capital de la civilización de su tiempo. En El Libro de la Selva, Mowgli es criado por una manada de lobos y luego vuelve a la civilización. La historia de Tarzán cuenta cómo un niño náufrago es criado por gorilas, y es tan inteligente que incluso aprende a leer antes de conocer a otros seres humanos. Todos estos personajes demuestran habilidades superiores a las de los humanos normal, pero los niños “salvajes” son de ficción ¿o no?
Se le llama “feral” a una planta, animal o persona que, habiendo nacido en contacto con la sociedad humana, fue aislado de ella y criado de manera “salvaje” o “silvestre”. Y sí, sí ha habido niños que han vivido de esa manera.
Víctor
Por ejemplo en 1797, en Francia, unos cazadores encontraron a un niño en el bosque, quien huyó de ellos y subió a un árbol, donde lo pudieron capturar. Ellos lo llevaron a la casa de una viuda, pero volvió a huir. Los aldeanos se acostumbraron a verlo en el bosque de vez en cuando, hasta que un día, por su propia cuenta y quizá por hambre, se apareció en la aldea. Tenía casi 12 años cuando un estudiante de medicina llamado Jean Marc Gaspard Itard lo adoptó y le puso por nombre Víctor. El niño, después conocido como Víctor de Aveyron, ostentaba múltiples cicatrices, no sabía hablar y tenía algunos comportamientos extraños: parecía ser insensible al frío y prefería revolcarse en la nieve que ponerse un abrigo.
En esa época, la Ilustración, se debatía mucho acerca de la pregunta: “¿qué nos convierte en humanos? ¿qué característica nos diferencia de los animales?” Itard pensaba que los dos factores distintivos eran la empatía y el lenguaje. Se dedicó a tratar de civilizar a Víctor enseñándole a hablar. Aunque Víctor sólo aprendió las palabras lait, leche y Oh, Dieu, ¡Oh, Dios!, sí entendía el significado de palabras asociadas a acciones. Además, su cuidador describió dos momentos importantes: uno, en el que el niño se enojó tras ser regañado sin motivo, demostrando que había en él una noción de “justicia”, y otro en el que, cuando el ama de llaves lloraba la muerte de su esposo, Víctor se acercó a consolarla, mostrando que había adquirido empatía. En 1970 François Truffaut dirigió una interesantísima película sobre Víctor de Aveyron llamada “El niño salvaje”.
La experiencia con niños ferales muestra que el aprendizaje del lenguaje es crucial en los primeros años de vida: si un niño no aprende a hablar antes de la pubertad, es prácticamente imposible que aprenda después. Y las estructuras mentales que permiten el pensamiento complejo tampoco se desarrollan.
Pedro Hamelin
Como en el caso de Pedro de Hamelin, el “niño salvaje” que fue encontrado en los campos alemanes en el siglo XVIII sobreviviendo de frutos y raíces. Siempre estaba alerta, en cuclillas o a cuatro patas, y comía fruta y carne cruda, pero nunca alimentos cocinados. Hubo muchos que intentaron educarlo, pero aunque vivió más de 70 años nunca aprendió a hablar… ni a reír...
Oxana Malaya
El caso de Oxana Malaya, en los años 90, fue un poco diferente. Fue una niña de Ucrania que creció descuidada por sus padres alcohólicos, y fue criada por perros. Aprendió a andar a cuatro patas, a ladrar y, en general, a comportarse como perro. Su contacto con los humanos fue muy limitado por lo que, aunque una vez que fue alimentada y educada sí aprendió a hablar, se considera que tiene serias limitaciones intelectuales.
Marina Chapman
Otro caso famoso es el de Marina Chapman, una británica que cuenta que en los años 50, cuando tenía 4 años, fue secuestrada y abandonada en la selva de Colombia. Ahí, una banda de monos capuchinos la ayudó a sobrevivir, dándole fruta y protegiéndola durante 5 años. ¡Incluso la espulgaban! Un día encontró a una pareja con la que se fue ¡y la vendieron como esclava! Después de muchas aventuras, Marina volvió a Inglaterra, está casada y tiene hijos. Afortunadamente había aprendido a hablar antes de su adopción por los monos.
Otros casos
Como ellos, hay otros casos más: John Ssabunya, niño de Uganda quien huyendo de la violencia se refugió en la selva y vivió con monos por tres años.
¿Es posible que, como Tarzán, un niño crezca sin contacto con otros humanos y criado por animales? Sí. Pero ¿es posible que, como Tarzán, estos niños aprendan a hablar o a leer? Puede ser, si no han pasado la etapa crítica y reciben suficiente atención pero, ¿solos? No. Sólamente con en contacto con la humanidad puede florecer el lenguaje, la inteligencia y la empatía, que es lo que nos hace plenamente humanos.
¡CuriosaMente!