¿Por qué reímos?

¿Qué es la risa? ¿Por qué algunas cosas son graciosas? Acompáñanos a descubrir las fuentes del sentido del humor y la hilaridad.

Un tipo entra a un bar con un pato en la cabeza…

CANTINERO: ¡Amigo! No puede entrar con mascotas...

PATO_ ¡Oh, lo siento! Lo dejaré amarrado afuera.

La risa es universal: existe en todas las culturas y surge desde que somos bebés, incluso en niños ciegos o sordos. Seguramente tiene alguna función importante… 

¿Solo los humanos ríen?

Los humanos no somos los únicos que experimentamos la risa. Los chimpancés, los gorilas, los orangutanes y especialmente los bonobos, emiten sonidos similares a la risa cuando se frotan las axilas o la barriga. ¡Y también cuando juegan a perseguirse! Igual que los delfines: tienen un sonido especial que hacen cuando pelean “de a mentiritas” que parece decir que no hay intención de hacerse daño. Los perros jadean de una manera especial cuando se divierten: un estudio mostró que cuando se les ponía una grabación de ese sonido, los perros tendían a lamerse entre ellos e interactuar más. Se ha 8demostrado que también las ratas sienten cosquillas. No la tenemos que aprender: la risa es tan innata como el estornudo.

¿Por qué la tenemos construida genéticamente?

Al parecer la risa evolucionó con nuestro cerebro como respuesta a las demandas de vivir en grupos grandes. Espulgarse unos a otros ayuda a establecer lazos, pero sólo de uno a uno: una conversación donde muchos ríen, une a tribus completas. Reír junto con otros indica ser parte del grupo: señala aceptación y deseos de interacción positiva. Somos mucho más propensos a reír cuando vemos u oímos a otros reírse: la risa es contagiosa. Por eso son tan usadas las risas grabadas que se oyen en las comedias de televisión. Mira esta imagen de Boris Yetsin. Intenta no reír aún. Ahora imita los gestos de su rostro… la sonrisa, los pómulos, los ojos entrecerrados ¿no sentiste como un burbujeo que te invita a la carcajada?

¿Qué nos provoca risa?

Además de las cosquillas, en las personas, la risa es una expresión de gozo, alegría o alivio. Pero también de algo muy humano: el humor. Lo que es gracioso para cada quien depende de la edad, la cultura y el lugar donde se encuentre. Hay muchas teorías acerca de qué hace que algo sea o no gracioso. En lo que coinciden es en que, para que algo sea gracioso, se necesita:

  1. Un grado de incongruencia, como una situación o acción inusual. A veces puede ser tan simple como una prenda de ropa del tamaño equivocado, o una voz que no corresponde al personaje que la emite

  2. Cierta sensación de tensión o riesgo, como hablar de un tema inapropiado o presentir cierto desenlace peligroso, y 

  3. Un final sorpresivo que muchas veces cambia el sentido de lo que se expuso anteriormente.

¿Puedes identificar esos elementos en el chiste del principio? Mira este otro ejemplo:

CAZADOR (HABLANDO POR TELÉFONO, ANGUSTIADO): ¿Emergencias? Estaba cazando con mi amigo y accidentalmente le disparé. ¡Creo que lo maté! ¡¿Qué hago?!

OPERADORA: ¡Tranquilícese por favor! Primero asegúrese de que de verdad esté muerto…

(SILENCIO - SE OYE UN DISPARO)

CAZADOR: ¡Listo! ¿Y ahora?

Este chiste es el que fue votado como el más gracioso del mundo en un estudio hecho por el psicólogo Richard J. Wiseman (cada país tenía chistes más graciosos, pero este trascendió las fronteras lingüísticas y culturales).  Un chiste o una broma funciona como una especie de “acertijo cognitivo”, en el que nuestra mente “llena” la pieza que hace falta. Resolver el acertijo nos da tal satisfacción que libera la tensión y nos provoca risa. 

Esa liberación de tensión suele ser necesaria en situaciones difíciles de procesar: por eso muchas veces se cuentan chistes en los funerales, o justo después de trágicos desastres.

Beneficios

A nivel neurológico, la resolución de un chiste que nos causa gracia provoca que se conecten a nivel sináptico las regiones más intelectuales del cerebro, en la corteza, con las partes más primitivas e instintivas, especialmente el área tegmental, el hipotálamo, el núcleo accumbens y la amígdala y dispara la producción de cortisol, dopamina y epinefrina. En palabras del neorocientífico Scott Weems: “El humor conecta directamente con el sistema de producción de placer del cerebro”. Y la expresión de ese placer, la risa, es una manera de decir al otro: “quiero continuar esta interacción”. Las conversaciones que tienen risas, suelen durar más.

Muchos estudios de gelotología (la ciencia de la risa) han demostrado que reír con frecuencia mejora la circulación sanguínea y reduce el riesgo de afecciones cardiovasculares. Además sirve como anestésico: numerosos estudios relacionan la risa con una mayor tolerancia al dolor.   

Por cierto: un sacerdote, un rabino y un monje budista entran a un bar… el cantinero, sorprendido, les dice:  “¿Creen que esto es un chiste?”

¡CuriosaMente!

Créditos

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