¿Qué es la diversidad sexual?

¿Es que ahora todo es tan confuso? En realidad no lo es tanto. En este video vemos la diferencia entre sexo, sexualidad, identidad de género, y orientación sexual.

Hablando de sexualidad, aparentemente antes las cosas eran muy sencillas: según eso los hombres debían ser “masculinos” hacer sólo cosas sólo de hombres, las mujeres “femeninas” y hacer sólo cosas de mujeres … quienes no encajaban eran objeto de burla y hasta de exclusión y violencia ¡Asunto arreglado! O eso se creía. Ahora va cambiando cómo se ve la situación y hay personas a las que la diversidad todavía les parece confusa… sobre todo para explicársela a los niños y niñas… Si eres menor de edad, te invitamos a ver este video en compañía de tus papás, por si tienes alguna duda. Y si eres adulto, puedes pedirle a un niño que te explique lo que no entiendas. 

Sexo

Es importante distinguir sexo de sexualidad. El sexo tiene que ver con el cuerpo: las características físicas y genéticas que relacionamos con lo femenino y lo masculino. La sexualidad son las emociones, deseos, conductas y prácticas relacionadas con la atracción y con el sexo.

Convencionalmente decimos que hay dos sexos: masculino y femenino. Pero desde ahí ya hay un error. Hay personas cuyo sexo no se puede clasificar tan fácilmente. Una persona así se denomina intersexual. Personas con dos cromosomas XX femeninos, y con útero, pero también con pene y testículos.  O con cromosomas XY, masculinos, pero con vulva. O quienes tienen tres cromosomas X, o son XXY: personas que nacen con características masculinas pero al crecer desarrollan caderas y pechos femeninos… Hay 50 posibles variantes y según la OMS el uno por ciento de la población mundial tiene algún tipo de intersexualidad: unos 70 millones de personas. Significa que en una fiesta donde haya 100 personas, es muy probable que una sea intersexual.

Género

Eso sólo hablando del sexo, del cuerpo. Porque, ya hablando de sexualidad, otra cosa es la identidad de género. A partir de los tres años de edad desarrollamos esta identidad, basándonos en lo que culturalmente se  asocia con lo femenino o lo masculino: la longitud del pelo, el modo de vestir, las actividades asociadas a cada género y el idioma ¿nos sentimos identificados como un “él” o como una “ella”?

La mayor parte de quienes nacen con un cuerpo femenino se identifican como mujeres y la mayor parte de quienes tienen un cuerpo masculino se identifican como hombres… A ellas y ellos se les denomina cisgénero. Pero no en todas las personas corresponde su sexo con su identidad. A estas personas que nacen con características masculinas pero se identifican como mujeres, o con características femeninas pero se identifican como hombres las conocemos como transgénero. Puede deberse a factores genéticos, hormonales o psicológicos ¡no se sabe! Lo cierto es que casi siempre se manifiesta desde la infancia y que si se reprime su expresión, causa graves conflictos psicológicos que pueden llevar a la depresión o el suicidio (el riesgo de intento de suicidio entre personas trans es de 43%, a diferencia del 5% que hay en la población en general). Por cierto: en varias culturas existe el concepto de “tercer género”, donde caben quienes no se identifican con los otros dos géneros.

Cuando una persona transgénero decide modificar sus órganos genitales y tomar tratamiento hormonal para que su cuerpo corresponda con su identidad, se trata de una persona transexual

Orientación sexual

Por último, existe la orientación sexual, que es la atracción que se siente por otras personas. Si a alguien le gustan las personas de un género diferente al suyo, es heterosexual. Si le gustan las personas de su mismo género, es homosexual.  A los hombres homosexuales se les llama gay y a las mujeres homosexuales, lesbianas. A las personas que les atraen ambos géneros se les llama bisexuales, y si no les atrae ninguno, asexuales. Una variante son las personas demisexuales, que sólo sienten atracción hacia personas con quien han construido un fuerte vínculo afectivo.

Identidad

Así, de la combinación de sexo, género y orientación sexual, surge toda la diversidad sexual que conocemos. Ha existido desde hace mucho tiempo, pero hasta sólo recientemente se le ha empezado a reconocer y aceptar… y eso causa incomodidad entre ciertos grupos sociales.

Aunque nuestro sexo, género y preferencias sexuales no definen nuestra persona por completo, forman parte de nuestra identidad, Juana de Arco vestía ropas masculinas, lo que le permitió afrontar su misión más importante como líder en la defensa de Francia. Oscar Wilde será recordado por su tierno cuento El Príncipe Feliz o la divertida El Fantasma de Canterbury, y el ser homosexual seguro influyó en su obra, pero no tanto como influyó en su vida: fue encarcelado por ese supuesto crimen y al salir murió triste y difamado. Y esto es lo grave: que haya quien tome la identidad o preferencia sexual de alguien como base para la violencia. En América Latina, por ejemplo, las personas transexuales son tan agredidas que su esperanza de vida es de sólo 35 años.

Todos somos distintos y todos tenemos el mismo valor y los mismos derechos. Nadie tiene por qué burlarse, excluir o agredir a nadie por ser quien es. Ya seas heterosexual, homosexual, transgénero o cisgénero: está bien ser quien eres. 

Mientras todo lo que hagas sea consensuado y respetes a los demás, nadie tiene derecho a molestar a nadie por sus gustos, tus prácticas o tu identidad.

¡CuriosaMente!

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