¿Quetzalcóatl era blanco?

Que si vino de Europa a evangelizar, que si era vikingo... ¿Qué hay de cierto en la idea de que Quetzalcóatl era blanco?

Dios del viento, estrella de la mañana, serpiente emplumada, Sabio gobernante; Quetzalcóatl fue una de las deidades más veneradas en el México Prehispánico. Su figura fue tan respetada que incluso se piensa que los mexicas sintieron miedo y respeto hacia los españoles, porque eran blancos y barbados…como Quetzalcóatl.

Dos Quetzalcóatl

Lo primero que hay que aclarar es que en la historia  hay dos personajes diferentes nombrados como “Quetzalcóatl”. El primero de ellos era uno de los 4 dioses principales de la cultura mexica, que junto a sus hermanos conformaba a los “Señores del Universo”; a cada uno de estos cuatro dioses le correspondía un color y una dirección, a Quetzalcoatl le tocaban el Oeste y el color blanco. Mucha gente usa este dato para asegurar que Quetzalcoatl era de piel blanca: ni al caso. A Tezcaltlipoca se la asignaba el color negro, y nadie dice que viniera de África.

La segunda personalidad es la de Topiltzin Quetzalcóatl; a quien algunas crónicas describen como un rey puro y benevolente, que gobernó la ciudad de Tula, la más importante para la cultura Tolteca. La historia de este  monarca es la que inicia la confusión acerca del aspecto físico de Quetzalcoátl.

Según Bernardino de Sahagún su nombre real era Ce Ácatl Topiltzin… un sumo sacerdote y prodigio de las artes que fue rey de Tula desde el año 925. Sus virtudes fueron la máxima representación de los valores de Quetzalcóatl en la Tierra. Durante su reinado, la cultura Tolteca vivió un periodo de paz, sabiduría y cultura: se prohibieron los sacrificios humanos, se desarrollaron los oficios y hubo gran abundancia. Esta historia llamó la atención de los misioneros católicos. Lo vieron como evidencia de la presencia de la palabra de Jesús en América antes de la conquista y fue argumento para convertir a estos pueblos al cristianismo

Los mexicas creían que Topiltzin era el dios Quetzalcóatl hecho hombre… que decidió bajar a la Tierra para gobernar con paz y prosperidad. Pero su hermano Tezcaltlipoca, celoso de su manera de gobernar, lo engaño con trampas y tentaciones. El rey se comportó de manera indigna y, avergonzado, se autoexilió. A su retiro, este divino gobernante se convertiría en la estrella Hueyi Citlalli, que hoy conocemos como el planeta Venus. Pero prometió volver. Cuando se aproximaba la fecha del regreso, Moctezuma se enteró de la llegada de los españoles  recordó la profecía, pero en realidad, cuando llegó Cortés a Tenochtitlan tras atravesar durante varios meses México, ya tenía noticias de que era humanos, mortales y bastante ambiciosos.

¿Y de dónde viene la idea de que este sacerdote era blanco, barbudo y de ojos azules? 

Este mito lo promovieron algunos cronistas del cristianismo como Carlos de Sigüenza y Góngora, quienes trataron de relacionar la existencia de Topiltzin Quetzalcóatl con la Biblia.  Llegaron a afirmar que el monarca y deidad era el Apóstol Santo Tomás, quien habría llegado a tierras mexicas como parte de su trayecto para predicar la palabra de Jesucristo (Y muchos años después los mormones dijeron que Quetzalcóatl era el mismo Jesús). Argumentaban que existían vestigios de “cruces” en México, desde antes de que los primeros colonizadores españoles llegaran (Pero recordemos que ni Jesús ni Santo Tomás fueron blancos).

En el siglo XIX, historiadores como Manuel Orozco y Berra, nos daban otra explicación: la descripción física de Topiltzin Quetzalcóatl podría ser atribuida a que era vikingo, particularmente un misionero islandés que naufragó en México. Aunque hubo asentamientos vikingos en América en la época del reinado de Topiltzin, todos fueron muy al norte en la zona de Groenlandia. Esta hipótesis también incluía la explicación de las cruces. Pero la historia demostró que dichos símbolos no provienen del cristianismo, sino que representan los “cuatro caminos del universo”. Hasta la fecha, no se han encontrado rastros de vikingos en Centro o Sudamérica.

Para rematar, la imagen del Quetzalcoatl blanco y barbado fue muy promovida por el gobierno mexicano allá por 1930, una época en la que se intentaba inculcar en el pueblo el nacionalismo y amor por las raíces indígenas. Se le encargó a Diego Rivera esta pintura del Quetzalcoatl blanco y barbado. Puede sorprenderte saber que ese año Quetzalcoatl reemplazó a Santa Claus llevándole los regalos a los niños mexicanos. Esta imagen de Quetzalcoatl / Topiltzin se extendió por todo el mundo y es la responsable del la actual creencia de que se trataba de un hombre blanco con barba.

Es probable que nunca conozcamos cómo era realmente la apariencia de este mítico hombre-dios. Y si bien no hay manera de comprobar que NO era blanco, todas las fuentes que lo pintan de ese color provienen de después de la conquista. La imagen del indígena impresionado con el europeo al grado de creerlo un dios es muy difundida. Pero resulta un estereotipo promovido principalmente… por los conquistadores.

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