¿Quién es Santa Claus? Especial de Navidad
¿Realmente cuál es el origen del viejito bonachón que trae regalos en Navidad?
En Costa Rica le dicen Colacho. En chile, “Viejito Pascuero”. En España, Argentina, Uruguay y Paraguay, Papá Noel. En Galicia, Pai Nadal. En algunos países lo pronuncian “Santa claus”
Saturnalia
La tradición de dar regalos en los meses invernales es muy antigua. Los romanos celebraban unas festividades llamadas “Saturnalia” en honor del dios Saturno, en las que la gente se regalaba cosas, por ejemplo, a los niños les regalaban juguetes como matatenas (que en ese entonces estaban hechas de hueso) y tabletas. Sí, tabletas...para escribir. Y en ese entonces también la gente se emborrachaba y hacía desmanes, como ahora. Por eso el cristianismo intentó combatir esa tradición.
Otros personajes
En muchos países se celebran variaciones de los regalos decembrinos, con figuras que están emparentadas con el actual Santa Claus. En la tradición italiana, se habla de una mujer llamada Befana que no quiso acompañar a los reyes magos a visitar al Niño Dios, y después, arrepentida, decidió dar regalos a todos los niños del mundo. En Galicia la leyenda habla de un carbonero llamado Apalpador, que en la noche de navidad les toca la barriga a los niños dormidos para ver si han comido bien, y les regala castañas o un pedazo de carbón. Otro personaje es el Tío Nadal, en Cataluña. Es un tronco al que, en nochebuena, los niños agarran a palos para que defeque dulces y regalos.
San Nicolás
Pero el actual Santa Claus está ligado a un personaje histórico. Se llamaba Nicolás y vivió entre el Siglo III y el IV, en Bizancio, hoy Turquía. Sus padres eran adinerados y muy caritativos y, aydudando a los enfermos de la peste, se contagiaron y murieron. El joven Nicolás dio todas sus posesiones a los pobres y se fue con su tío a la ciudad de Mira a estudiar para ser sacerdote, hasta que llegó a ser obispo. Era famoso por su generosidad y caridad. Se dice que dejaba monedas en los zapatos de los menos favorecidos. Entre sus muchas anécdotas, la leyenda cuenta que había tres chicas tan pobres que no tenían dote para poder casarse (en esa época casarse era de importancia vital para las mujeres). Nicolás, entró por la ventana y dejó puños de monedas de oro en los calcetines que habían dejado a secar, todo en secreto. Cuando murió, un 6 de diciembre, sus restos fueron llevados a la ciudad de Bari, en Italia, y cuando la iglesia reconoció sus méritos se convirtió en San Nicolás de Bari.
La leyenda de este hombre se esparció por Europa. Para el siglo XVII ya era un santo muy celebrado en Holanda y los países bajos, donde le llamaban Sinterklaas. Cuando los migrantes holandeses llegaron a Nueva Amsterdam (hoy Nueva York) llevaron esta leyenda y la tradición de los regalos a Estados Unidos.
¿Cómo surgieron sus características?
El escritor Washington Irving escribió una historia satírica de Nueva York y definió algunas de las características claves de San Nicolás: andaba por encima de los árboles, llevando regalos a los niños.
Más adelante Clement Clarke Moore escribió un poema en el que, aunque se describe a Santa como un duendecillo, ya es un gordito muy risueño. Fue el dibujante alemán Thomas Nast quien lo dibujó como lo conocemos ahora: un gordo barbudo y bonachón. Y a L. Frank Baum, autor de El Mago de Oz, se le debe gran parte de la mitología del personaje.
Anteriormente a Santa Claus se le pintaba vestido de color verde, blanco o con estampados. Aunque ya había aparecido con traje rojo en la revista Puck y en anuncios de agua mineral, e incluso en antiguas pinturas, su asociación con los colores de Coca-cola en una campaña ilustrada por Haddon Sundblom alrededor de 1930 fue la que consolidó su imagen actual.
¿Qué responder cuando un niño nos pregunta si existe Santa Claus?
Nosotros creemos que Santa Claus SÍ existe. No es un viejito gordo que recorre el mundo a tres mil veces la velocidad del sonido cargando 54 mil toneladas de regalos, sino un meme, una IDEA, que, aunque actualmente es usada por comerciantes para vender más, bien puede representar el espíritu de la GENEROSIDAD: la capacidad de DAR sin esperar nada a cambio, como lo hizo el tal Nicolás en el año 280.
¡CuriosaMente!