Dicen que lo único seguro en la vida es la muerte... ¿o no? la ciencia avanza muy rápido y parece que para el 2050 de una forma u otra podríamos vivir mucho más. Hay gente tan convencida de ello que, pide que al morir se congele su cuerpo o su cabeza, para ser descongelado en un futuro en el cual pueda ser inmortal. 

Miedo a la muerte

Todos tenemos miedo de morir, por eso desde hace mucho tiempo los seres humanos hemos buscado soluciones para lo que la mayoría de las personas ven como un mal. La búsqueda del elixir de la vida eterna, las creencias de la vida después de la muerte y el desarrollo de la medicina son una expresión de este miedo. Este temor puede hacernos hacer cosas sin sentido. En 1920, trescientas personas aceptaron coser a su cuerpo un pedazo de testículo de mono solo porque creían que prolongaría su vida. Falsos métodos milagrosos han prometido vivir por siempre y, aunque la medicina actual ha logrado aumentar la esperanza de vida, hasta hace 7 años no se había logrado mucho: nuestro cuerpo está programado para envejecer y morir... y vivir para siempre sonaba como ciencia ficción.

Reemplazo de órganos

Una de las opciones es el reemplazo de órganos. En el futuro, si un órgano no funciona simplemente se cambiaría por uno nuevo y listo. Los órganos impresos en 3d y las prótesis cada vez más avanzadas podrían reemplazar cada vez más partes de tu cuerpo, convertir a los humanos en cyborgs, y tal vez ¡volverte inmortal! Claro: con un cuerpo completamente robótico… y aún así tu cerebro orgánico acabaría envejeciendo y deteriorándose.

Personas virtuales

Con el desarrollo de las computadoras cuánticas, se especula que toda la información que te hace ser tú; tus recuerdos, emociones, pensamientos y conciencia, pueda ser descargada a una computadora. De esta forma, podría transferirse a un robot, o podrías vivir en la red junto con más personas virtuales y hasta vivir en un mundo digital (como en el episodio San Junípero, de Black Mirror). Pero ¿de verdad sería posible digitalizar el espíritu humano? ¿la conciencia es sólo información? Y si fuera así ¿no sería sólo una copia de tu personalidad lo que se haría? El tú “tú” de todas maneras moriría.

Seres inmortales

Casi todos los seres vivos envejecen y mueren. ¿Dijimos “casi”? Así es: algunos pocos organismos afortunados –o desafortunados, según como lo veas– pueden vivir indefinidamente.

La medusa Turritopsis dohrnii vive casi todo el tiempo en un estado juvenil o neoténico. Cuando alcanza la madurez sexual y se convierte en toda una medusa, se reproduce, pero, si hay algún factor estresante, se convierte rápidamente en una bola de tejido, luego en un pólipo y nuevamente en una medusa inmadura. Este ciclo se puede repetir una y otra vez, haciéndolas ¡inmortales!. Sólo pueden morir cuando se las comen o cuando contraen alguna enfermedad.

En la naturaleza hay otros organismos que no envejecen, como la hidra. Su secreto está en que expresa en gran cantidad los genes FoxO, que son los que regulan cuánto vive un organismo. Estos genes, también están presentes en los humanos, pero los expresamos en menor cantidad.

Hay muchos ejemplos de organismos que nos han impresionado por los mecanismos que usan para no envejecer o por su larga esperanza de vida.

Edición genética

Pero, los humanos ¿cómo podemos vivir para siempre? La  es la ciencia que se dedica a estudiar el envejecimiento del ser humano y busca extender el lapso de salud de las personas, y con esto extender la esperanza de vida. La senolítica conocía muchas de las razones del envejecimiento, pero no tenía con qué combatirlas, hasta que en 2013 se descubrió CRISPR: las tijeras moleculares capaces de hacer un corte limpio y dirigido en el ADN. Esta técnica permite cortar, copiar, editar y pegar el ADN y las aplicaciones son muchísimas, desde curar una enfermedad genética o hacer crecer un nuevo órgano en tu cuerpo, hasta crear inmunidad a muchas enfermedades y evitar el envejecimiento.   

Este ratón fue modificado usando CRISPR para que expresara 4 genes que normalmente se expresan en las células madre. Su hermano, nacido el mismo día, no recibió ningún tratamiento: la esperanza de vida del ratón modificado es 35% mayor. ¿Recuerdas el caso tan sonado del médico chino que modificó genéticamente a unas gemelas? Utilizó esta misma técnica para crear inmunidad contra el VIH y posiblemente mejorar la capacidad cognitiva y de memoria de las niñas.

También se ha probado modificar genéticamente las células senescentes, que son células que debido a una situación estresante se dañan y no son capaces de morir, convirtiéndose en algo así como una célula zombie y dañan a las células que se encuentran a su alrededor. Están ligadas a varias enfermedades y entre más viejo eres, más células senescentes tienes. Las pruebas en ratones fueron exitosas, y ahora se está probando en personas, aunque con una técnica diferente, ya que la modificación genética aún no es aprobada en humanos. Aunque CRISPR solamente está aprobada en animales, algunos biohackers han experimentado en ellos mismos o en voluntarios algunas modificaciones genéticas. 

Cuestiones éticas

Sabemos que la tecnología logrará alargar la vida indefinidamente, lo realmente difícil es saber ¿será una tecnología accesible para todos?, ¿quién decidirá quién puede volverse inmortal y quién no?  ¿los humanos mejorados y eternos serán algo bueno o algo malo?  ¿qué haremos con la sobrepoblación? ¿Una especie inmortal no acabaría con el medio ambiente? 

Hay estudios que apuntan a que, aunque la muerte es obviamente perjudicial para el individuo, es benéfica para las especies: la renovación constante de organismos le permite a las poblaciones adaptarse a ambientes cambiantes… y evolucionar.

Y sobre todo  ¿qué haríamos con la vida eterna? ¿disfrutaríamos la vida igual o es que necesitamos una fecha límite para darle sentido? No tenemos respuestas para estas preguntas: cada persona tiene una opinión diferente. Quizá, como dijo Ursula K. Le Guin: “La manera de ver qué tan hermosa es la vida, es desde la perspectiva de la muerte” .

¡Curiosamente!