¿Tenemos más de 5 sentidos? Otros 12 sentidos que no sabes que tienes
Vista, olfato, oído, gusto y tacto son los 5 sentidos que nos enseñan en la escuela. Pero podemos percibir más cosas de las que imaginas... Otros 12 sentidos que no sabes que tienes.
Vista, olfato, oído, gusto y tacto son los 5 sentidos que nos enseñan en la escuela. Pero se habla de un “sexto sentido” e incluso más.
Si contamos todo lo que nos permite percibir cambios en nuestro entorno o en nuestro cuerpo, se puede hablar de ¡más de veinte sentidos! Aquí, sin un orden particular, te presentamos doce que seguro has utilizado, pero que no sabías que existían.
Equilibriocepción. La capacidad de percibir nuestra posición con respecto a la Tierra. Es de suma importancia saber si estás parado, acostado, inclinado, moviéndote o cayendo, y lo sentimos gracias a las estructuras de nuestro oído interno. Por eso una infección en el oído puede ocasionar mareos y falta de equilibrio.
El séptimo sentido. Con el que percibimos el cosmos si somos Caballeros del Zodiaco. La diosa Atena dijo que… ¡Ah, no, esperen!
Nocicepción. Es la capacidad de sentir dolor, y así evitar lo que nos daña. No sólo en la piel, sino en los huesos, articulaciones y los órganos internos. Los nociceptores incluso detectan lo picante de los alimentos. Por cierto: el cerebro no tiene nocioceptores y no siente dolor. Cuando tenemos dolor de cabeza es la capa entre el cerebro y el cráneo la que está bajo presión ¡Ay!.
Termorrecepción. Es el sentido que nos permite percibir el calor o su ausencia. Sus receptores están tanto en la superficie de la piel como en su interior.
Propiocepción. Cierra los ojos y tócate la nariz. Ahora la oreja… ahora el codo… El sentido que te permite saber la posición de las partes de tu cuerpo se llama propiocepción, y es uno de los que ponen a prueba los policías de tránsito cuando detienen a alguien que sospechan que está ebrio ¡hic!
Comezón. Sí. Tiene receptores independientes a los del tacto.
Quimiorecepción. En todo nuestro cuerpo tenemos receptores químicos que nos indica cuando algo va mal. Por ejemplo: intenta contener la respiración por un momento largo… aguanta, aguanta… Esa sensación de sofocamiento la provoca un quimiorreceptor que detecta altos niveles de dióxido de carbono en la sangre ¡respira! Cuando algún alimento es nocivo, otro quimiorreceptor te provoca la necesidad de vomitar ¡BLAARGH!
Dilatación de órganos. Cuando los intestinos y la vejiga están llenos, lo percibimos como ¡ganas de ir al baño!
El hambre. Responde a los niveles de energía. Es controlada principalmente por el hipotálamo.
La sed. Si la concentración de sal en la sangre es muy alta, lo sentimos en forma de ¡ganas de tomar agua!
Otros sentidos dependen de la interacción entre varios órganos, por ejemplo:
El sentido de la profundidad, que combina la información de ambos ojos para calcular qué tan lejos o cerca se encuentra algo.
La cronocepción. El sentido del paso del tiempo. Depende de nuestra percepción de eventos internos y externos, y se confunde cuando estamos aislados. Sentimos que el tiempo se acorta cuando nos divertimos o se alarga hasta el infinito cuando hacemos fila en el banco.
El sentido de agencia. Que nos permite distinguir que nuestros actos son decisión nuestra. En casos de enfermedad mental, este sentido se puede dañar y alguien puede sentir que no es dueño de sus actos o al contrario, que eventos externos aleatorios fueron decisión propia ¿extraño, no?.
Y hay otros más. Además hay sentidos que otros animales tienen, como la magnetorrecepción, que les sirve como brújula a pájaros y murciélagos (y en lo humanos está atrofiado) o la percepción infrarroja, que les permite a las serpientes “ver” el calor.
¡CuriosaMente!