¿Cómo evolucionaron los rasgos de tu rostro?
La piel oscura o clara, el pelo rizado, la forma y el color de los ojos... ¿tienen alguna función evolutiva?
Tu rostro tiene una combinación de características físicas que te hacen único y diferente a todos los demás seres humanos, y que al mismo tiempo te relacionan con tus ancestros y quienes viven en tu comunidad. En muchos casos son adaptaciones útiles que le debemos a los mecanismos de la evolución.
Evolución
La especie humana evolucionó en África y hace unos 300 mil años los primeros Homo Sapiens salieron del continente y se asentaron en diferentes partes del mundo, adaptándose a los diferentes climas y, a veces, mezclándose con los humanos arcaicos que habían salido antes, como los Neanderthales o el Homo Heidelbergensis.
Relativamente aislados, los grupos evolucionaron y se adaptaron a los diferentes lugares. Miles de años después, las migraciones y las tecnologías de transporte han hecho que algunos rasgos que evolucionaron para adaptarse a un lugar, se encuentren en descendientes que viven en lugares muy diferentes.
Color de piel
Originalmente los humanos eran todos de piel oscura. La melanina es la sustancia que le da ese tono y es muy útil en las zonas tropicales, donde hay mucho sol muchas horas del día, porque protege a las capas internas de la piel de sufrir lesiones o incluso desarrollar cáncer. Pero más al Norte, donde hay menos radiación solar, tener la piel oscura puede ser una desventaja: es gracias a los rayos solares que los seres humanos podemos producir vitamina D. Personas con poca vitamina D pueden desarrollar raquitismo. Así que ahí convienen las pieles más claras.
En todo el mundo, las pieles más oscuras de sus habitantes originarios corresponden a mayor radiación solar. Incluso, cuando una población de piel clara migra a una zona más soleada, después de 200 generaciones su piel se vuelve a oscurecer. La única excepción a esta regla son los Inuit, que viven en el polo Norte. Al parecer, el hecho de que obtienen bastante vitamina D de su dieta rica en animales marinos ha hecho innecesario que su piel se aclare.
El color de los ojos
Al igual que la piel, el color original de los ojos era café o negro. Los ojos azules o verdes no parecen tener ventajas evolutivas, más allá de la hipótesis de que pueden resultar atractivos para el sexo opuesto… pero esto aún se está investigando.
Color de pelo
El color del pelo también suele estar muy relacionado con el color de piel. Originalmente la humanidad toda tenía el pelo negro. El desarrollo del pelo rubio es muy reciente: la primera mutación que le dio origen ocurrió en Europa hace unos 11 mil años. A pesar de lo que muestran las películas, sólo el 2% de la población mundial tiene el pelo rubio, y sólo el 1 ó 2% es pelirrojo. No se cree que tenga alguna ventaja biológica, sino que, simplemente, en los climas soleados las personas rubias o pelirrojas tienen más posibilidades de sufrir problemas de piel e incluso morir. En climas con menos sol, no existe esta presión y quienes tienen pelo y piel clara pueden sobrevivir y reproducirse. Incluso se dice que lo poco común de estas pigmentaciones les puede dar una ventaja a la hora de encontrar pareja ¿Tú qué piensas?
Pelo lacio o rizado
El clásico “afro” tiene una gran ventaja: al mismo tiempo que crea sombra para el cuero cabelludo, permite el flujo de aire, lo que crea un microclima para que el cerebro pueda trabajar muy fresco. Los que viven en climas más fríos no necesitaron esta protección solar y suelen tener pelo lacio o sólo ondulado, pero el gen del pelo rizado sigue ahí, y hay personas rubias o pelirrojas con el pelo muy rizado.
Pliegue epicántico
Ese doblez que tan característico de los ojos de los asiáticos es más común de lo que pensabas: todos lo tenemos en los primeros meses de gestación, y muchos lo vamos perdiendo antes de nacer o en los primeros años de infancia. Lo más probable es que las personas de origen asiático lo conserven es porque les fue útil durante la edad del hielo: puede ser que haya servido para reducir el reflejo solar producido por el hielo y la nieve. Las primeras poblaciones americanas son descendientes de las asiáticas que venían del Norte, por lo que no es raro que muchas poblaciones indígenas de latinoamérica conserven el pliegue epicántico. Por cierto, también hay personas africanas y europeas que lo conservan.
¡Ah! Y los ojos asiáticos también suelen tener más acumulación de grasa en el párpado superior. Al parecer también protege a los ojos del frío...
La forma de la nariz
La nariz tiene mecanismos para humedecer y entibiar el aire. Las narices más anchas permiten mayor entrada de aire en lugares donde el aire ya es húmedo y cálido. Pero más al Norte, donde el aire es más seco, es necesario que este mecanismo “humidificador” sea más grande: por eso el puente de la nariz suele ser más alto en los países de clima más secos, y más estrecho para dejar pasar menos aire. Las fosas nasales más estrechas están adaptadas a climas más fríos.
El tamaño de los labios
Este parece ser un claro caso de selección sexual: en todo el mundo los labios más rellenitos suelen ser considerados más atractivos. Quizá porque se inflaman cuando estamos, ejem… “emocionados”. Además tienen muchas más terminales nerviosas que el resto de la piel y son muy sensibles. Los labios suelen tener un color rojizo porque los vasos sanguíneos están muy cerca de la superficie. Entonces, aunque en climas cálidos los labios gruesos pueden ser muy atractivos, en climas fríos es muy fácil que sufran lesiones por congelamiento.
Algo importante: todos estos rasgos los solemos agrupar erróneamente en categorías que llamamos “razas”, pero las razas realmente no existen: nuestros rostros son una hermosa mezcla de rasgos, que además tienen muchas variaciones. Y por ser tan tuya, tu mezcla particular es ¡preciosa!
¡Curiosamente!