¿De dónde vienen las SIRENAS?

Hay historias de seres mitad humanos, mitad peces, por todo el mundo ¿de dónde viene ese mito? ¿Será posible que existan las sirenas?

Por todo el mundo y desde hace mucho tiempo, se han contado historias de hermosos seres mitad mujer mitad pez y aunque muchas de estas historias no eran originalmente relatos de la misma criatura, se han ido combinando en lo que conocemos ahora.

Relatos y leyendas

El relato más antiguo que se tiene es el de la diosa siria Atargatis de cerca del año mil antes de nuestra era. Esta diosa se enamoró de un pastor pero lo mató por error. Avergonzada, se convirtió en un pez y se ocultó en un lago, pero su belleza era tal que el agua no podía ocultarla: seguía viéndose su rostro humano.  Continuó siendo venerada hasta tiempos del Imperio Romano y con el tiempo su imagen se ha ido mezclando con la de otras deidades. 

Mientras tanto en Grecia, de donde proviene el nombre Sirena, este término se utilizaba para referirse a unos espíritus del mar con cuyos cantos atraían a los marineros y los hacían estrellarse contra los arrecifes. Pero estas sirenas eran mitad mujer, mitad pájaro. Odiseo, deseoso de escuchar su hermoso canto, pidió que lo amarraran al mástil de su barco mientras todos los demás se tapaban los oídos. 

Europa es la cuna del mito de las sirenas y es común que cada pueblo e incluso cada mar, lago o río, tenga historias al respecto. Tenemos a las Selkies del folklore Irlandés: mujeres capaces de transformarse en focas al ponerse una piel de estas. Las Merrow capaces de cambiar su tamaño. O la melusina celta, que a veces se representa con no solo una sino dos colas de pescado (el logotipo de una cadena de cafeterías está inspirado en este ser mitológico). No es raro que el relato de sirenas más famoso de la actualidad venga de Europa: “la Sirenita”. Escrito por Hans Christian Andersen en Dinamarca en 1837, cuenta la historia de una sirena que se enamora de un hombre y que se transforma en humana para conquistarle.

En las mil y una noches, se cuentan historias de gente de mar. Eran idénticos a la gente de la tierra, solo que con la capacidad de respirar bajo el agua. A diferencia de las otras sirenas, podían casarse con humanos y tener hijos que respiraran bajo el agua. 

En América, tenemos varios mitos similares. Está la Tlanchana, un espíritu de río representado como mujer de la cintura para arriba y de la cintura para abajo como serpiente o pez y en Brasil hay historias de cómo los delfines de río podían convertirse en humanos para tener hijos con las personas terrestres, aunque en general, los delfines de estas historias son machos.

En Japón se cuenta la leyenda del Ningyo, u “hombre pez”, normalmente retratado como un pez con cabeza de hombre. Con el tiempo su concepto se ha ido mezclando con el de las sirenas occidentales. Se dice que si una persona come la carne del Ningyo tendría una vida muy larga.

¿Evidencia?

Aunque a muchos nos parecería fascinante que existieran, jamás se ha encontrado evidencia de estos seres. En 2012, Animal Planet y Discovery Channel transmitieron un programa llamado “Sirenas: el cuerpo hallado” donde aparentemente habían encontrado evidencia de que las sirenas ¡sí existían! Millones de personas lo creyeron: no se dieron cuenta de que se trataba de un tipo de ficción llamado “falso documental”, y que todos los científicos entrevistados eran en realidad actores.

Además, la biología pone en serias complicaciones a la existencia de estos seres. Si su mitad inferior es de pez, sería imposible que funcionara en armonía con la mitad de mamífero. ¿Y si fuera sólo un mamífero con aletas? Un ser con características humanas se helaría en el océano: para sobrevivir las sirenas tendrían que ser o muy gordas… o muy peludas.  

¿Pero cómo es que hay tantos relatos de estas misteriosas criaturas?

Esta es una explicación: durante mucho tiempo no se les permitía a las mujeres ser marineras, así que los barcos eran tripulados sólo por hombres. Después de meses en altamar, los marinos podían imaginar que veían mujeres en cualquier lugar. 

Los que sí existen son los manatíes y vacas marinas: mamíferos de hasta 500 kilos quienes suelen reposar flotando verticalmente, son capaces de “voltear hacia atrás” como los seres humanos y a distancia pueden pasar fácilmente por personas con cola de pescado. Otros animales marinos como las belugas también pueden haber hecho el papel, pues tienen depósitos de grasa que pueden parecer piernas humanas.

En la bitácora de uno de los viajes de Cristóbal Colón, posiblemente al divisar unos manatíes cerca de República Dominicana, narra que sus marinos vieron 3 sirenas a la distancia:

COLÓN: “El día pasado, cuando el Almirante iba al Río de Oro, dijo que vio tres sirenas que salieron bien alto de la mar, pero que no eran tan hermosas como las pintan, que en alguna manera tenían forma de hombre en la cara. ¡Pardiez!”

¡CuriosaMente!

Créditos

Separador Morado