¿Por qué no recuerdas tu infancia?

¿Por qué olvidamos cuando éramos bebés? Si es una etapa de aprendizaje tan importante ¿por qué no recordamos nuestra infancia temprana? Acompáñanos a conocer el curioso fenómeno de la amnesia infantil.

Piensa en el primer recuerdo que tengas de tu vida. Si ya eres adulto casi seguro que tu primer recuerdo es después de los dos años y que el recuerdo sea confuso e incompleto. De hecho, si piensas en tus primeros 6 años de vida quizá tienes pocos recuerdos en comparación con los de tus años de adolescencia. Si en estos primeros años aprendemos tanto y son tan importantes para nuestro crecimiento

Antecedetes

Para 1910 un par de psicólogos ya habían notado esta particularidad, entre ellos Sigmund Freud. Freud notó que la mayoría de sus pacientes no tenían muchos recuerdos de sus primeros 6 u 8 años de vida. Pensaba que se debía a que los pacientes habían reprimido sus memorias debido a traumas y acuñó el término amnesia infantil. 

Amnesia infantil

La amnesia infantil no se debe específicamente a traumas, en general ningún adulto es capaz de recordar algo antes de los 2 años de edad. Los que recuerdan sucesos previos a esta edad es porque alguien se los contó o porque lo vieron en un video o fotografía. Estas primeras memorias son tan frágiles que estudios han demostrado que es muy fácil que formemos recuerdos falsos si se nos dice que ocurrieron antes de los 10 años de edad. Solo el hecho de imaginar un recuerdo puede hacernos creer que realmente sucedió. Por eso, cualquier recuerdo de nuestra infancia temprana debe ser tomado con precaución.

Golpe de reminiscencia

Lo contrario ocurre de los 10 a los 30 años y específicamente en la adolescencia, esta es la época de nuestras vidas que más recordamos. De seguro recuerdas las letras de las canciones que escuchabas de adolescente e incluso los pasos de baile. A este fenómeno se le conoce como golpe de reminiscencia.  Se cree que esta etapa la recordamos muy bien porque es cuando se forma una imagen de nosotros mismos y esos recuerdos nos permiten tener una identidad. Estas memorias también tienen un componente emocional importante. Lo más probable es que tus recuerdos más vívidos sean aquellos de emociones intensas. De pequeños no hemos desarrollado completamente nuestras emociones y estas florecen durante la adolescencia.  También al crecer y aumentar nuestra capacidad de comunicación recordamos mejor, se ha visto que hablar sobre un suceso hará que lo recuerdes después. 

Causas de la amensia infantil

Un sentido de ti mismo, el desarrollo de emociones y de lenguaje ayudan a mantener las memorias, pero no explican la amnesia infantil. Otros mamíferos que al igual que nosotros siguen desarrollando su cerebro durante su infancia sufren de amnesia infantil. Entonces quizá al nacer nuestro cerebro no está lo suficientemente desarrollado para formar memorias.

Pero no es como que los bebés no tengan memoria, claramente reconocen a sus padres o saben que si hacen una rabieta pueden saltarse la comida y llegar al postre. Esta memoria es nuestra memoria semántica y es la que usamos para guardar conceptos, causas y efectos.

Los niños y bebés también cuentan con memoria episódica, que es la memoria que usamos para recordar acontecimientos. En un estudio se vio que los niños de dos años son capaces de formar recuerdos de sucesos y hablar de ellos días o semanas después. Y en otro, niños de tres años recordaban un evento, como unas vacaciones. Cuatro años después podían recordar 60% del suceso. Lo curioso es que, sí recordamos muchos eventos y luego los vamos olvidando. Entonces ¿qué pasa? 

La memoria episódica se almacena en diferentes partes de la corteza. Tomemos el recuerdo de una fiesta; la música que escuchabas se almacena en la corteza auditiva, mientras que lo que veías se almacena en la corteza visual. El encargado de juntar todo en un recuerdo es el hipocampo y ahí está la clave en por qué se nos olvida nuestra infancia. Aunque nuestro cerebro se sigue desarrollando a lo largo de nuestra vida el hipocampo es una de las pocas regiones en la cual se siguen generando nuevas neuronas; en un proceso conocido como neurogénesis. Durante nuestros primeros seis años de vida en el hipocampo se producen nuevas neuronas constantemente y a gran velocidad, conforme pasan los años se siguen produciendo neuronas, aunque de forma mucho más lenta. 

La producción masiva de neuronas nuevas crea una masa de conexiones. Como todo cable enmarañado para evitar un sobrecalentamiento o una falla se requiere que las conexiones viejas se eliminen y que se reorganicen los cables. Este proceso de eliminación y reorganización se le conoce como poda sináptica. La poda sináptica hace que tu cerebro trabaje de manera eficiente, te permite hacer nuevas conexiones y almacenar información nueva, pero en el proceso se pierden conexiones e inclusive neuronas. 

En un estudio a ratones bebés se les dieron descargas eléctricas, semanas después parecían olvidar el incidente y se paseaban por los lugares donde habían recibido el choque. Cuando los científicos pararon la neurogénesis de los ratones, los ratones recordaban la descarga eléctrica y evitaban los lugares donde la habían recibido. Y se hizo lo contrario; a ratones adultos se les dieron descargas eléctricas y activaron la neurogénesis, los ratones olvidaban la descarga y se paseaban por los lugares que antes evitaban.

La  neurogénesis y la poda sináptica, ocasionada por la neurogénesis, son las causantes de nuestra amnesia infantil. Así, el precio por tener nuevas neuronas son nuestros recuerdos. Cuéntanos ¿te gustaría conservar los recuerdos de tus primeros años de vida? 

¡CuriosaMente!

Créditos

Separador Morado